Madrid, 9 mar (EFE).- La guerra del aceite, con trabas encubiertas a la importación en países como EEUU y Australia según el sector español, ha vivido un nuevo episodio tras las actuaciones contra el Grupo SOS de la Fiscalía de Florencia (Italia), que investiga una presunta irregularidad documental en el transporte de virgen extra.
Según ha dado a conocer recientemente una publicación digital norteamericana, la Fiscalía de Florencia estudia una posible falsificación de documentos con el objetivo de comercializar aceite de baja calidad como virgen extra, y analiza muestras de documentación y aceite tomados en los centros de envasado localizados en Florencia, Reggio Emilia, Génova y Pavía.
Fuentes del Grupo SOS (con marcas en Italia como Bertolli, Carapelli, Sasso, Alisa, Friol, Lupi, Maya y San Giorgio) han desautorizado la información en declaraciones a Efeagro, ya que no se ha abierto ningún expediente, ni se ha secuestrado ninguna partida como sería habitual si existieran indicios de fraude.
El caso se reduce a una petición de la Fiscalía de documentación en el transporte de un lote, que ya han remitido, han resaltado.
Han insistido en que el SOS -primera compañía oleícola mundial y líder en Italia- no podría permitirse incurrir en irregularidades que afectaran al prestigio de marca o valor como cotizada.
Desde el Grupo SOS han subrayado su apuesta por la máxima calidad del aceite hasta el punto de autoimponerse el límite de esteroles para el aceite de oliva virgen extra en 35 partes por millón, muy por debajo de las 75 partes de millón que exige la nueva normativa de la U Europea que entrará en vigor el 1 de abril y que, por otra parte, no tendrá carácter retroactivo.
La investigación en Italia, iniciada en septiembre de 2010 pero conocida ahora, se retomará el 15 de marzo con los resultados de las pesquisas e involucra a aceite de oliva (450.000 kilos) por valor de 4 millones de euros, según "The Olive Oil Times".
La acusación de que se podría haber "desodorizado" -convertir un aceite de mala calidad en un virgen extra- se produce en un momento en el que España ha superado a Italia como primer comercializador mundial y es propietaria de las principales marcas del mercado.
El director de la Asociación de la Industria y Comercio Exportador de Aceite de Oliva (Asoliva), Rafael Picó, ha recordado que varios países recurren ahora a métodos analíticos o normas propias para utilizarlos "de forma partidista" para intentar demostrar que los vírgenes extra importados no son de calidad.
Picó ha resaltado que, en el pasado, las trabas a la importación se realizaban mediante procedimientos "antidumping" o antisubvención, pero que ahora recurren a ese tipo de prácticas porque sus sectores no son rentables y no pueden competir en el nivel de precios internacionales actuales, que marca España.
Ha atribuido este tipo de prácticas a EEUU -principal mercado extracomunitario- y a Australia -quien más aceite envasado compra a España-, sobre todo, y Uruguay en menor medida, aunque no ha ocultado su temor de que se extiendan a Argentina o Chile.
Fuentes del sector industrial han afirmado que detrás de estas informaciones "falseadas" sobre SOS hay una clara mala intención para revalorizar el producto italiano frente al español, en un momento en el que nuestro país lidera por primera vez en la historia la comercialización -siempre fue el primer productor, pero Italia lideraba hasta ahora las ventas- por lo que "está de los nervios".
Han resaltado que en 2010, España "barrió" los mercados internacionales, incluida Italia, con 846.000 toneladas exportadas y que todas las principales marcas en este último país, a excepción de Filippo Berio, son españolas. EFE