Budapest, 9 may (.).- Después de París y Belgrado, el presidente de China, Xi Jinping, concluye su gira europea en Budapest, donde este jueves fue recibido con honores militares por su homólogo húngaro, Tamás Sulyok, en una visita considerada "histórica" por el Gobierno del ultranacionalista Viktor Orbán.
Xi, el primer presidente chino que visita Hungría en 20 años, llegó anoche a Budapest y fue recibido en el aeropuerto por Orbán, que ha cultivado las relaciones con Pekín y convirtió a su país en el mayor receptor de inversión del país asiático en la región.
Además de la economía, Orbán y Xi comparten visión sobre asuntos internacionales, como su análisis de la guerra de Ucrania, en la que han mostrado comprensión con la invasión lanzada por el presidente ruso, Vladimir Putin, con quien tienen una relación de amistad.
El presidente chino llega con una delegación de 400 personas, entre ellos ministros, y la meta principal de la visita es profundizar los lazos económicos bilaterales.
El ministro de Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, adelantó que la delegación china firmará en Hungría 16 acuerdos en temas que van desde el turismo a la economía y la energía, agregando que en las conversaciones se abordarán temas más amplios, como el de la guerra en Ucrania.
Szijjártó aseguró que la visita del presidente chino a Hungría es "un acontecimiento histórico".
Hungría, al tratarse de un país miembro de la Unión Europea (UE), es importante para China. El gobierno húngaro asumirá a partir de julio la presidencia del Consejo de la UE.
El propio Xi aseguró un día antes de llegar a Hungría que el país centroeuropeo "es un importante socio comercial y es el primer destino de las inversiones chinas en la región de Europa Central y del Este. La cooperación entre ambos países es fructífera".
Aunque oficialmente no se ha confirmado, la prensa local ha adelantado que durante su estancia en Budapest, Xi podría anunciar un importante proyecto de inversión en el país centroeuropeo, posiblemente relacionado con la fabricación de automóviles eléctricos.
La Comisión Europea lanzó a finales del año pasado una investigación sobre la posible competencia desleal de los automóviles eléctricos chinos.
El valor actual del capital chino invertido en Hungría es de 13.000 millones de euros, mientras que el comercio con China comprende sólo el 4 % del total de la balanza húngara, según informó la prensa local.
La oposición húngara ha criticado la opacidad de estas inversiones, su poco estudiado impacto ambiental y que beneficien al círculo de amigos y familiares de Orbán.
El Gobierno de Orbán, en el poder desde 2010, anunció ya en 2012 la llamada "apertura hacia el Este", principalmente hacia China y Rusia, bajo el argumento de convertirse en un puente entre Occidente y Oriente.
(foto)