ROMA (Reuters) - El Movimiento 5 Estrellas (M5S, por sus siglas en italiano) y el partido de ultraderecha la Liga han dado pasos significativos para alcanzar un pacto de gobierno, dijeron los dos partidos el jueves tras nueve semanas de estancamiento político.
Los dos partidos, que son hostiles a las restricciones presupuestarias de la Unión Europea y que han hecho promesas electorales que costarían miles de millones de euros, entraron en negociaciones el miércoles para intentar evitar unas nuevas elecciones.
"Se han logrado avances significativos en la composición del gobierno y en el nombramiento de un primer ministro", dijo un comunicado conjunto tras una reunión entre el líder de la Liga, Matteo Salvini, y el presidente de 5 estrellas, Luigi Di Maio.
No dieron ninguna pista sobre quién podría encabezar la administración o quién podría hacerse cargo de los ministerios clave.
"No puedo disimular mi alegría y felicidad de que finalmente podamos empezar a resolver los problemas de Italia", dijo Di Maio a sus seguidores en Facebook (NASDAQ:FB). Añadió que debería poder dar mayor detalle más adelante en la tarde.
Italia lleva en un limbo político desde las elecciones no concluyentes del 4 de marzo, en las que la mayoría de escaños los ganó el bloque de centroderecha, que incluye a la Liga, contraria a la inmigración, y el M5S fue el partido más votado.
El M5S ha dicho en las últimas semanas que estaba preparado para formar una coalición con la Liga, pero no con su aliado en los últimos comicios, el ex primer ministro Silvio Berlusconi.
Tras haber rechazado un veto así, Berlusconi finalmente cedió el miércoles al decir que la Liga tenía libertad para trabajar con el M5S.
La retirada de Berlusconi eliminó el mayor obstáculo para llegar a un acuerdo, pero aún así las conversaciones entre el líder del M5S Luigi Di Maio y el líder de la Liga Matteo Salvini no serán fáciles.
Gran parte del apoyo del M5S procede del empobrecido sur de Italia, mientras que la base de los votantes de la Liga es el enriquecido norte. El M5S quiere introducir amplias prestaciones sociales, mientras que la Liga quiere reducir los impuestos.