Acaba la semana en un tono mucho más relajado, al menos hasta ahora. Los principales selectivos europeos se reparten el tablero y, mientras Ibex y Dax apuestan por un descanso tras los fuertes impulsos de la semana, FTSE, CAC y el MIB aprovechan a estas horas los últimos compases de la primera quincena de julio para apuntarse algún punto adicional.
Ayer comentábamos la incertidumbre que rodea a la economía en este momento en Europa. Hay buenas noticias, desde luego, pero también hay sombras que no acaban de aclararse y que pueden complicar la situación a corto plazo.
El BCE decidió mostrar su cara más amable y, tras recordar que los tipos no se moverán todavía, confirmó que ampliarán la línea de crédito de emergencia para la banca griega en 900 millones adicionales, lo que permitirá a las instituciones financieras helenas reabrir sus puertas próximamente.
Eso sí, el corralito deberá mantenerse para que esa inyección de capital no salga por la puerta de atrás buscando seguridad en el extranjero.
Draghi también se sumó a la valoración del FMI respecto a la deuda griega; a día de hoy es insostenible y sería aconsejable adoptar una actitud más suave apostando por quitas o reestructuraciones.
Este nuevo contrapeso a la versión oficial de la situación entendida por el Eurogrupo puede complicar las cosas por lo que quizá sea buena idea mantener la prudencia hasta que todas las posturas estén algo más alineadas.
También parece que finalmente se ha aceptado el crédito puente de 7.000 millones de euros para que Grecia pueda hacer frente a sus vencimientos más inmediatos de deuda (especialmente importantes los del BCE).
El encargado de esta financiación será el MEDE en esta ocasión. En resumen, aunque hay flecos colgando todavía, parece que lo peor está pasando, tal como podemos ver tanto en los bonos griegos a corto plazo como en los derivados de crédito (CDSs) de la deuda helena; ambos han dejado atrás el fuerte spike de las últimas semanas y han retornado a niveles previos a la tensión.
Con las tensiones crediticias en vías de resolución, volvemos a ver movimientos interesantes en el campo de las divisas. El euro se estaba comportando en cierto modo como un refugio (bastante curioso, hay que reconocerlo), pero liberado de esa responsabilidad vuelve a mostrar las correlaciones esperables en función de los movimientos en los tipos de interés.
Los potenciales incrementos de los tipos de referencia en cruces importantes frente al euro vuelven a favorecer posiciones cortas tanto en EUR/GBP como en EUR/USD (movimientos clásicos de carry trade).
Tal como adelantábamos ayer, esta apreciación del dólar tiene otra consecuencia en la evolución de las materias primas debido a la fuerte correlación de las mismas con el billete verde, por supuesto sumado a (o quizá derivado de) lo que parece ser el fin de un superciclo de commodities.
Respecto a los datos macro, ayer conocíamos información del mercado laboral en EE.UU., bastante positiva, por cierto. Yellen volvió a insistir en una subida de tipos inminente pero dejó muy claro que la causa era la buena evolución y fortaleza de la economía estadounidense.
Hoy tenemos una buena batería de datos desde el otro lado del charco: mercado inmobiliario (permisos de construcción e inicios de viviendas), IPCs (mensual y anual), confianza del consumidor desde la Universidad de Michigan y declaraciones de Stanley Fischer, miembro importante del FOMC, que debería ratificar las palabras de Yellen.